El Museo Casa de Murillo nunca fue la vivienda del héroe de 1809

El Museo Casa de Murillo nunca fue la vivienda del héroe de 1809

La vivienda de la calle Jaén perteneció a José Ramón de Loayza, quien la prestó para que Murillo se escondiera, mientras planificaba con otros patriotas más la Revolución de 1809.

Carlos Gerl  /  La Paz

La historia relata que la  noche del 15 de julio de 1809, en una de las viviendas  de la calle Cruz Verde (actual calle Jaén) de la ciudad de La Paz,  se llevó a cabo  la última reunión  de los revolucionarios liderados por Pedro Domingo Murillo, que horas después, al atardecer del 16 de julio, actuarían. En la casa se tomaron importantes y  últimas disposiciones para el ataque que inició la revolución juliana. Con el propósito de pasar desapercibidos, los patriotas ingresaron al domicilio por diferentes accesos, logrando reunirse en la pieza que hoy es conocida como el Salón de la Conspiración. Concluida la junta, los revolucionarios se retiraron a sus domicilios con tareas específicas que debían realizar al pie de la letra horas más tarde.

La casa de la que salieron los patriotas hoy se la conoce como el Museo Casa de Murillo, donde se conserva los espacios donde el héroe paceño pasó sus últimas horas, antes de ser  condenado a la horca.

La idea se mantuvo  firme hasta 1909, cuando se cumplieron  100 años de la Revolución del 16 de Julio. Fue entonces que el dato comenzó a ser cuestionado por  historiadores, investigadores y otros estudiosos:  ¿El Museo Casa Murillo, perteneció a Pedro Domingo Murillo?

 En 1963,   la  escritora Ana Rivera Sotomayor,  a través de investigaciones, estableció que el  inmueble sólo le fue atribuido a Murillo y  que nunca perteneció al protomártir. El verdadero dueño de la casa  era José Ramón de Loayza.

La versión desató en seguida dos posiciones:  la de quienes afirmaban que el Museo Casa Murillo perteneció al prócer y la de los que señalaban que el  inmueble pertenecía a José Ramón de Loayza, y que Murillo residía detrás de la iglesia de Santo Domingo, en la calle Ingavi, antigua calle Santo Domingo.

Entre las personas que afirman que  Murillo vivió en la casa de la calle Jaén estaban Max Portugal Zamora, Humberto Viscarra Monje, Manuel Díaz Arguedas, Julio Iturri y Silvia Jitka, todos apoyados en información transmitida por la tradición  oral, no documental.

En el otro frente  estaban  Valentín Abecia Baldivieso, Alberto Crespo, José Vásquez Machicado y Ana Rivera Sotomayor, apoyados en documentos históricos e investigaciones.

Fue en 2009, al conmemorar el bicentenario de la Revolución del 16 de Julio, que mediante una exhaustiva investigación realizada por Randy Chávez García y mi persona que se concluye que el inmueble de la calle Jaén no le perteneció al prócer, sino a José Ramón de Loayza.

En esta investigación se tomó en cuenta el testamento que Ciriaco Murillo Salazar, padre de Pedro Domingo Murillo, dejó, donde se consignan todas sus  propiedades, entre las que  se encuentra la casa ubicada  detrás de la iglesia de Santo Domingo, en la calle Ingavi.

Murillo heredó esa vivienda de su padre, quien falleció en 1785, al poco tiempo de haber realizado su testamento, el cual fue redactado  en Irupana, el 13 de abril de 1785. A partir de esta fecha Murillo fue el propietario de esta casa hasta después de 1788, año en el que le fue arrebatada tras sostener durante varios años problemas judiciales iniciados por Catalina Murillo y Salazar, la hermana de su padre, que buscó a toda costa la nulidad del testamento.

Además de esto, se debe tomar en cuenta que Pedro Domingo Murillo era una persona perseguida por la Corona Española, motivo por el cual, en algunas ocasiones, era alojado por sus amistades.

Es así que durante los años de 1803 a 1809 -como cita Ana Rivera Sotomayor- Murillo residía en la casa de José Ramón de Loayza, una de sus más apreciadas amistades  que también colaboró activamente con la Revolución de 1809, sobre todo con importantes recursos económicos.

Sin duda, hasta nuestros tiempos la figura de Pedro Domingo Murillo continúa siendo  polémica. Sobre él se dijo y se especuló mucho y seguro se lo seguirá haciendo. Por ejemplo, que el monumento de la Plaza Murillo no es de él, sino de un torero; que no nació en la ciudad de La Paz, sino  en Suri, algo propio de un gran héroe, de nuestro héroe paceño, que permite imaginar a los visitantes al Museo Casa Murillo su audacia y valentía.

Carlos Gerl es historiador.

Revolución de 1809

  • Ataque  La tarde del 16 de julio de 1809, terminada la procesión de la Virgen del Carmen, un grupo de patriotas, encabezados por Pedro Domingo Murillo, salieron de la casa de billar de Mariano Graneros y asaltaron el cuartel realista para hacerse  de las armas.

  • ´Confusión Las campanas de la Catedral  repicaron y un gran alboroto se apoderó del lugar, mientras los revolucionarios gritaban: «¡Mueran los chapetones!” (españoles).

  • Autoridades El gobernador de la ciudad Tadeo Dávila y el obispo La Santa fueron depuestos. Al caer la noche la revolución había triunfado y se instaló un cabildo abierto a la cabeza de los revolucionarios que redactaron el Acta de Independencia de La Paz..

 

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