Carlos Gerl y Randy Chávez recopilaron más de 100 curiosidades que se dieron en La Paz desde su fundación. Las cuentan a universitarios y planean sacarlas en un álbum.
Ivone Juárez / La Paz
En marzo de 1940, en plena Segunda Guerra Mundial, el Observatorio de San Calixto descubrió que en el pico más elevado del Illimani flameaba una bandera con el símbolo de la esvástica. La noticia corrió como reguero de pólvora por la ciudad, lo que provocó la rabia de los paceños.
El Club de Andinista actuó de inmediato y encomendó al inglés Eduardo de la Motte, que entonces era capitán de andinismo, y a Jesús Tórrez llegar hasta el nevado y quitar el símbolo de la Alemania nazi para reemplazarlo por la bandera boliviana. Después de esfuerzo titánico, el 7 de marzo los hombres lograron cumplir su misión . El símbolo nazi había sido colocado en el nevado por los alemanes Wilfred Kuchman, Federic Fritz y Rodolfo Boettger.
162 años antes, en 1778, a los ríos de La Paz acudían lavadores de oro, uno de ellos, el marqués Castelfuertes, encontró una “pepa” del precioso metal que pesaba 22 kilos; en realidad una roca de oro, de la que el obispo Luis Antonio Castro y Castilla dio informe al Rey de España.
Estas dos anécdotas son parte de las más de 100 curiosidades que los historiadores Randy Chávez y Carlos Gerl identificaron a lo largo de la historia de la ciudad de La Paz, fundada en 1548, y que hoy las comparten con estudiantes de diferentes universidades.
“Los años de experiencias acumuladas en el campo de la investigación de la ciudad de La Paz nos permitieron sistematizar información sobre curiosidades y tradiciones paceñas, que ahora compartimos en charlas con universitarios”, dice Randy Chávez, docente de la carrera de Historia de la Universidad Pública de El Alto.
Los investigadores compartieron el producto de su investigación con estudiantes de la Universidad Católica Bolivia, la Universidad Central y otras, y tienen planeado plasmar esas charlas en un álbum, que lanzarán pronto.
“La información que acopiamos no es común, pero cuenta con documentos históricos que la respaldan y se verificó que esos documentos fueran auténticos”, dice Carlos Gerl.
A continuación algunas de esas curiosidades que sucedieron en La Paz a lo largo de sus 471 años de historia.
JOSEFA APAZA, LA PRIMERA BRUJA
En 1702, en plena Inquisición, en la ciudad de La Paz se presentó ante el alcalde Diego Martínez de Baigorri la acusación formal contra la indígena Josepa Apaza por brujería y hechicería. Josepa fue convocada e interrogada por los traductores españoles Melchor de Torres y Marcos Durán.
Durante la investigación se pudo constatar que había realizado ceremonias con velas negras, enterrado calaveras, algunos animales, como conejos, lienzos y otros. Estas “pruebas” fueron suficientes para demostrar que era una bruja, la primera en la ciudad. En 1703 fue sentenciada a 50 azotes y 200 si reincidía. Muchos pidieron la hoguera, pero la mujer desapareció y no cumplió su castigo.
EL PATRIOTA QUE NO PODÍA MORIR
El 29 de enero de 1810, en la mañana, comenzó la ejecución de los líderes de la Revolución de 16 de Julio de 1809. El primero en ser ejecutado fue Pedro Domingo Murillo. Enseguida le siguió Juan Antonio Figueroa, sentenciado a morir por pena de garrote. Golpe tras golpe cayó sobre el hombre, pero éste se levantó, vacilante, ante el asombro de los espectadores. En ese mismo instante fue llevado a la horca, pero mientras se aplicada la pena, la cuerda se rompió y Figueroa cayó, arrastrando en su caída al verdugo. Aún así no murió y un soldado se acercó para cortarle la cabeza.
Cuando Figueroa finalmente dejó de existir, su cadáver fue sepultado en la iglesia del Sagrario.
EL CIRCO ECUESTRE DOCKRILL EN LA CIUDAD
En 1887, el circo ecuestre Dockrill, uno de los más afamados de Estados Unidos y que prácticamente realizaba giras mundiales, arribó a la ciudad de La Paz y entre sus presentaciones ofreció algunas benéficas. Una de ellas estaba destinada para recaudar fondos para la edificación del monumento al protomártir Pedro Domingo Murillo, líder de la Revolución del 16 de Julio de 1809.
De acuerdo a lo programado, la recaudación debía ser entregada el 16 de julio de 1887 y estaba a cargo del munícipe inspector de espectáculos públicos de entonces, el señor Durandeau.
No se tienen referencias del monto recaudado, solamente se sabe que asistieron al espectáculo alrededor de 2.000 paceños y paceñas.
PATENTES PARA LOS PERROS
En 1934, mediante ordenanza municipal, las autoridades determinaron que los propietarios de perros debían adquirir una patente municipal que debían colocar en el collar del animal. Al mismo tiempo, el instructivo indicaba que la mascota bebía llevar un bozal y ser conducida por su amos con una cadena.
La Policía Urbana tenía la instrucción de proceder al sacrificio del animal que no llevara la patente. Durante el día, los propietarios debían encadenar a los canes en sus domicilios y liberarlos sólo en las noches libres. Si el animalito atacaba a alguna persona, el propietario debía pagar la curación y una multa de 50 bolivianos. La medida quedó sin efecto hasta hoy.
GUERRA DEL CHACO, PRETEXTO PARA NO IR A CLASES
En 1934, a causa de la Guerra del Chaco (1932-1935), en la ciudad se registró una gran deserción de alumnado en las escuelas, lo que provocó la preocupación de la autoridades, ante lo que el Honorable Concejo Municipal, mediante ordenanza municipal, determinó establecer la asistencia obligatoria a las escuelas fiscales y particulares.
La instrucción señalaba que la inasistencia sería sancionada con una multa de dos a cinco bolivianos, por cada falta, salvo presentación de un certificado médico. Los establecimientos debían otorgar a los alumnos una tarjeta, que debía ser marcada diariamente. La Policía realizaba batidas cotidianas para sorprender a los faltones.
LA YAPA, INSTITUCIONALIZADA EN 1704
En 1704, mediante ordenanza municipal de la ciudad de La Paz, a petición del alcalde José Acuña, por primera vez, en forma escrita, se determinó la institucionalización de la yapa en todas los negocios que se dedicaban a la venta de productos al por mayor y menor en la ciudad.
La costumbre de dar yapa (palabra en aymara que signfica aumento) logró establecer un estrecho vínculo de reciprocidad entre clientes y comerciantes.
En los mercados populares de la ciudad, las caseras mantienen a través del tiempo esa costumbre para mantener la fidelidad de sus compradoras y compradores. “Llevate casera, con yapita te voy a dar”, seducen.
PIEZA DE LA PRIMERA CIVILIZACIÓN DEL MUNDO
En 1992, una expedición a Chúa descubrió un cuenco labrado en piedra desenterrado 30 años antes y que estaba cubierto con glifos. Los símbolos llamaron la atención incluso de científicos extranjeros que después de estudios especializados determinaron que se trataba de una pieza contemporánea con la cultura Sumeria, la primera civilización del mundo que habitó en el Medio Oriente, en Mesopotamia, actual Irak.
La antigüedad del cuenco oscila entre los 3.000 y 5.000 años antes de Cristo. En la fuente también se identificaron glifos de las culturas Pukara y Tiwanakota. La pieza se encuentra en exhibición en el Museo de Metales Preciosos de la ciudad de La Paz.
EL DÍA QUE EL ILLIMANI TEMBLÓ
Entre las primeras referencias que se tiene del Illimani, se encuentra la descripción de Diego Cabeza de Vaca, realizada en 1582 y que dice: “Hay otra adoración que se llama Hillemana, ques una sierra alta cubierta de nieves que permanentemente se le hacen, y así Hillemana quiere decir cosa para siempre (sic)”.
En 1648 ,el pico norte del nevado se desplomó provocando un gran estruendo que los paceños escucharon.
Ante la creencia de que el Illimani era un volcán apagado, que en cualquier momento entraría en erupción, muchos, espantados, se apresuraron a organizar procesiones y plegarias públicas. Fueron horas y días de gran angustia para los pobladores de La Paz.
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