En 1809, día 16 de julio, los patriotas paceños, aprovechando la
procesión de la Virgen del Carmen, derrotaron sorpresivamente
a las tropas realistas que guarecían la ciudad y conformaron un
gobierno libre. Es así que en agradecimiento por el triunfo, los
nombraron patrona del ejército patriota a la imagen de la Virgen
del Carmen. Asimismo, varios sacerdotes se encontraban entre
los patriotas; pero también había curas reaccionarios como el
Arzobispo de La Paz Remigio de la Santa y Ortega, quien, luego
que la revolución fue sofocada, mandó a apresar a la imagen de
la Virgen del Carmen y encerrarla en la sacristía, entronizándola
después de celebrar una misa de expiación y purificación.